La última vez que Ciro y Los Persas había pisado Córdoba fue en febrero de 2020 en el Cosquín Rock. Un año después de aquel festival, Andrés Ciro Martínez y sus secuaces volvieron (con entradas agotadas) para llenar de fiesta y alegría al público cordobés en la Plaza de la Música.
Previo al inicio del show, en la pantalla grande del lugar se explicaron todos los protocolos a tener en cuenta para que el recital se realice de la mejor manera.
El primero de los tres shows que tiene planeados en la ciudad de Córdoba comenzó a las 21.15. Las luces de la ex Vieja Usina se apagaron unos segundos para que empiecen a sonar con fuerza los acordes de la primera canción: “Banda de Garage”. El público, desde sus butacas, se mostró eufórico ante el potente comienzo del recital.
Luego de esta canción, la euforia en el público siguió estando presente cuando se empezó a escuchar el inconfundible riff de armónica de “Taxi Boy”, un clásico de Los Piojos que se llevó todos los aplausos.
Posteriormente hubo tiempo para canciones como “Barón Rojo”, del disco “27”. Terminado este tema, Ciro le habló al público para decirles que “todo esto va a pasar”, y así empezó a sonar “Todo Pasa”, seguida de “Luz”. Después, el líder del grupo, en su papel de showman, se puso a hablar un poco con el público, haciendo casi un mini show de stand up de 3 minutos. Luego de esto, “Juira” fue la canción que sonó en la noche de la Plaza de la Música.
Toda la bronca contenida por el público a causa de meses y meses sin poder ir a ver a Ciro y Los Persas (y a otros artistas, claro está) se hizo presente con las primeras palabras de “Antes y Después” con el famoso “antes, hace ya tiempo…”, pero esa bronca se convirtió en felicidad y fiesta cuando Ciro, desde arriba del escenario, y el público, desde sus asientos, entonaron a viva voz ese simple pero contundente estribillo que dice “Qué placer verte otra vez, nos decimos sin hablar. Hoy todo vuelve a empezar y será lo que ya fue”. Casi una declaración de amor y fidelidad entre Ciro y su público.
Luego de siete canciones, los músicos se retiraron del escenario para luego volver personificados como “viajeros del tiempo”, con el líder de la banda entrando en una bicicleta, la cual era su vehículo para “viajar temporo-espacialmente”, haciendo alusión a su último disco llamado “Guerras (Un Viaje en el Tiempo)”, álbum donde tomaron varios clásicos de Ciro y de Los Piojos para reversionarlos en formato acústico.
Y de esto se trataron los siguientes temas. “Farolito”, fue el que abrió el bloque acústico, seguido de “Difícil”, “Ruleta”, “Dicen” (Soledad Pastorutti se subió al escenario para acompañar a Ciro en esta canción), “Amor de Perros”, “Me gusta” y terminó con “Tan Solo”, que empezó siendo acústico, pero en los últimos momentos conectaron las guitarras eléctricas nuevamente y se convirtió en una increíble canción de blues.
Pasadas estas reversiones acústicas, y casi sin que la gente se dé cuenta, ya había pasado más de la mitad del show y quedaba cerca de media hora más para el final. Por eso, los músicos no perdieron tiempo y fueron rápidamente con “Caminando”. Al finalizar esta canción, Andrés Ciro Martínez comenzó a improvisar con su armónica, para darle lugar así a la canción “Pistolas”, otro mega clásico de Los Piojos.
Seguido de esto se dio lo que, tal vez, haya sido uno de los momentos más emotivos de la noche (si no fue el más emotivo), cuando al unísono, Ciro con los espectadores empezaron a recitar “Dicen que escapó de un sueño, en casi su mejor gambeta, que ni los sueños respeta, tan lleno va de coraje, sin demasiado ropaje, y sin ninguna careta. Dicen que escapó este mozo del sueño de los sin jeta, que a los poderosos reta y ataca a los más villanos, sin más armas en la mano que un diez en la camiseta”. Sí. No podía faltar el homenaje a Diego Armando Maradona que, con esa simple introducción, le puso la piel de gallina e hizo lagrimear a más de uno, para luego darle paso a la canción “Marado”. Y ahí, nuevamente, el público se volvió completamente loco gritando, a más no poder “Maradoooo, Maradoooo”.
A continuación, Ciro avisó que estaban por tocar el último tema de la noche y, como era de esperarse, comenzó la famosa guerra de “sí” y “no”, entre el músico y los espectadores, que finalmente desembocó en los acordes de “Cruel”. Pero todavía quedaba una canción más y fue “Astros”, que le dio el cierre ideal a la noche.
A eso de las 23.15 el recital ya había terminado, pero Ciro se quedó en el escenario y le pidió a la gente que se ponga de pie, para sacar la armónica por última vez y terminar con el Himno Nacional Argentino. Luego de esto, los músicos agradecieron y el público se retiró luego de un gran show.
Definitivamente podríamos definirlo como un recital “atípico”, ya que es raro ver a este grupo limitándose a tocar 2 horas, cuando sus presentaciones suelen durar cerca de 3 horas, o que la gente tenga que estar sentada todo el tiempo, o por el simple hecho de que hay canciones que no sonaron, ya sean aquellos clásicos que todos conocen, o aquellas canciones que sólo los verdaderos fanáticos saben. Pero, dejando a un lado todos los protocolos necesarios, no hay dudas que fue un gran espectáculo, y también tuvo su toque emotivo.
Aún quedan dos noches más con Ciro y Los Persas presentándose en la Plaza de La Música, con un público que los espera con los brazos abiertos y, seguramente, con muchos más hits que aún están esperando para sonar en ese lugar.
Crónica realizada por Patricio Soria, fotografías a cargo de Franco Alonso, para www.delaviejaescuela.com
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