Faltando solo 10 minutos para las veinte horas empezó el set de Bandalos Chinos en el Quilmes Garage. El Goyo Degano salió al escenario con un piloto amarillo, y dio comienzo a un show por momentos psicodélicos y por momentos electro-bailables.
Recién vueltos de Estados Unidos, país que visitaron para la grabación de su tercer disco de estudio, el conjunto proveniente de Beccar, provincia de Buenos Aires, deslumbró a un galpón totalmente repleto, con banderas flameando fuera del portón de entrada.
El verano empezó a mover a las masas, siendo este uno de sus principales hits, y que en estos días se festeja un año del estreno de su videoclip oficial.
Siguió Islas, que fue sin dudas la canción más coreada. El riff de esa canción, en armonía con la voz del Goyo es la máxima expresión musical del conjunto, y podría ser el himno del movimiento indie-pop, tan trending en este momento.
Las visuales caleidoscópicas incrementaban la psicodelia, que generaba una suerte de hipnosis en toda la audiencia. Las proyecciones alternaban entre diseños geométricos, con estéticas símiles vaporwave, y abstracciones multicolores, que acompañaban a la perfección a la música.
Bandalos Chinos demostró ser un conjunto profesional, con mucho ensayo en su haber, que los posiciona muy alto en el circuito indie-pop. Su 2017 fue excepcional, y se espera lo mismo de este 2018. Es una banda afilada, con una excelente puesta en escena, que eleva la vara de lo que se puede hacer arriba del escenario en el nuevo paradigma de artistas emergentes.
Crónica realizada por Remigio Gonzalez, fotografía Martin Cornejo para www.delaviejaescuela.com
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